miércoles, 21 de julio de 2010

El centro de la tierra.

La Tierra

Es nuestro planeta y el único habitado. Está en la ecosfera, un espacio que rodea al Sol y que tiene las condiciones necesarias para que exista vida.

La Tierra es el mayor de los planetas rocosos. Eso hace que pueda retener una capa de gases, la atmósfera, que dispersa la luz y absorbe calor. De día evita que la Tierra se caliente demasiado y, de noche, que se enfríe.

Siete de cada diez partes de su superficie están cubiertas de agua. Los mares y océanos también ayudan a regular la temperatura. El agua que se evapora forma nubes y cae en forma de lluvia o nieve, formando rios y lagos.

En los polos, que reciben poca energía solar, el agua se hiela y forma los casquetes polares. El del sur és más grande y concentra la mayor reserva de agua dulce.

La corteza del planeta Tierra está formada por placas que flotan sobre el manto, una capa de materiales calientes y pastosos que, a veces, salen por una grieta formando volcanes.

La densidad y la presión aumentan hacia el centro de la Tierra. En el núcleo están los materiales más pesados, los metales. El calor los mantiene en estado líquido, con fuertes movimientos. El núcleo interno es sólido.

Las fuerzas internas de la Tierra se notan en el exterior. Los movimientos rápidos originan terremotos. Los lentos forman plegamientos, como los que crearon las montañas.

El rápido movimiento rotatorio y el núcleo metálico generan un campo magnético que, junto a la atmosfera, nos protege de las radiaciones nocivas del Sol y de las otras estrellas.

Datos sobre la Tierra Orden
Tamaño: radio ecuatorial 6.378 km.
Distancia media al Sol 149.600.000 km.3º.
Dia: periodo de rotación sobre el eje 23,93 horas5º.
Año: órbita alrededor del Sol 365,256 dias3º.
Temperatura media superficial 15 º C7º.
Gravedad superficial en el ecuador 9,78 m/s25º.

Ampliar estas imágenes
del planeta Tierra
Foto de la atmósfera terrestre El campo magnético de la Tierra Interior del planeta Tierra

Las estaciones del año

La órbita de la Tierra es elíptica: hay momentos en que se encuentra más cerca del Sol y otros en que está más lejos. Además, el eje de rotación del planeta está un poco inclinado respecto al plano de la órbita.

Al cabo del año parece que el Sol sube y baja. El camino aparente del Sol se llama eclíptica, y pasa sobre el ecuador de la Tierra a principios de la primavera y del otoño. Estos puntos son los equinocios. En ellos el día y la noche duran igual.

Los puntos de la eclíptica más alejados del ecuador se llaman solsticios, y señalan el principio del invierno y del verano.

Cerca de los solsticios, los rayos solares caen más verticales sobre uno de los dos hemisferios y lo calientan más. Es el verano. Mientras, el otro hemisferio de la Tierra recibe los rayos más inclinados, han de atravesar más trozo de atmosfera y se enfrían antes de llegar a tierra. Es el invierno

Contaminación atmosférica

Los astronautas vuelven de sus viajes con una nueva mentalidad que les hace sentir más respeto por la Tierra y entender mejor la necesidad de cuidarla.

Desde el espacio no se ven las fronteras y, mucho menos, los intereses económicos, pero sí algunos de sus devastadores efectos, como la contaminación de la atmósfera.

El 85% del aire está cerca de la Tierra, en la troposfera, una finísima capa de sólo 15 Km. Las capas más elevadas de la atmosfera tienen poco aire, pero nos protegen de los rayos ultravioletas (capa de ozono) y de los meteoritos (ionosfera).

Los gases que hemos vertido a la atmosfera han dejado la Tierra en un estado lamentable. Las fotos que hicieron los primeros astronautas son mucho más claras que las actuales, a pesar de que ahora tenemos aparatos más sofisticados. Los humanos somos capaces de destruir en poco tiempo lo que a la naturaleza le ha costado miles de años crear.

El profesor alemán Otto Lidenbrock descubre un escrito cifrado de Arne Saknussemm (basado en la figura de Arne Magnussen, un escritor y recopilador de sagas nórdicas), un sabio islandés del siglo XII(Arne Saknussemm), quien afirma haber llegado al centro de la Tierra.

El profesor Lidenbrock pretende seguir los pasos de Saknussemm y emprende una expedición acompañado por su escéptico sobrino Axel y el impasible guía islandés Hans.

El grupo ingresa por un volcán hacia el interior del globo terráqueo, en donde vivirán innumerables peripecias, incluyendo el asombroso descubrimiento de un mar interior y un mundo mesozoico completo enterrado en las profundidades así como la existencia de iluminación de carácter eléctrico.

En esta novela Verne utiliza uno de los inventos existentes en la época, la lámpara del minero, creada por los físicos franceses Dumas y Benoit a partir de la bobina de Ruhmkorff y del tubo de Geissler.[2] Es infundada, pues, la idea de que fue el mismo Verne quien inventó esta fuente luminosa.[3

Axel describe a su tío Otto Lindenbrock, profesor de mineralogía, como un hombre temido por su fuerte carácter pero muy original. El profesor llama a su sobrino Axel a su despacho. Allí le enseña un manuscrito de gran valor. Dentro hallan un pergamino de origen rúnico. El profesor intenta descifrarlo y dice que nadie volverá a comer hasta descifrarlo. Axel es quien logra descubrir la clave del pergamino. Arne Saknussemm, un alquimista, dice como llegar al centro de la tierra. El profesor eufórico decide ir al lugar indicado en el pergamino junto con su sobrino Axel. Este se niega pues piensa que es una empresa irrealizable ya que la temperatura aumenta 1º por cada 60 pies de profundidad bajo la superficie del Globo. Pero el profesor decide que deben de ir.

Criptograma aparecido en la obra.

Axel está aturdido pensando en viajar con su tío al centro de la Tierra. Tiene miedo y no quiere ir pero no tiene otra alternativa y salen hacía el punto indicado en el pergamino, Islandia. Viajan en carruaje, tren y en buque y así llegan a Reikiavik, ciudad cercana al Snæfellsjökull, volcán por el que tendrán que introducirse para alcanzar el corazón terrestre.

Contratan a Hans, un guía que le acompañara a lo largo de su odisea. Equipados con víveres, herramientas, armas, instrumentos y un botiquín emprendieron viaje hacía el volcán. Axel y su tío viajaban montados a caballo, el guía los precedía a pie. La mayor preocupación de Axel era saber que ocurriría si el volcan se despertaba mientras ellos estuvieran dentro de él. Emprendieron el asalto del Sneffels por caminos difíciles. La marcha era penosa pero al fin alcanzaron la cumbre del Snæfellsjökull.

Comenzaron el descenso dentro del cono del volcán. En el fondo del cráter se abrían tres chimeneas. Siguiendo las instrucciones dejadas por el alquimista en el pergamino, supieron cual de las tres chimeneas era por la sombra del pico Scartaris durante las calendas de junio que acariciaba a la que conducía al centro de la Tierra. Por medio de una cuerda se iban deslizando bajando así 2800 pies en once horas. Allí improvisaron una cama para dormir y recuperar fuerzas.

A la mañana siguiente siguieron hundiéndose en las entrañas del Globo dejándose caer por pendientes inclinadas, formadas por lava seca que tapizaba el interior del cráter. Después de descender durante siete horas seguidas, decidieron tomarse un descanso hasta las seis de la mañana siguiente. Descendieron seis horas más y llegaron al fondo de la chimenea donde se encontraron con dos caminos. El profesor Lidenbrock decidío tomar el del Este y ese resultó ser el erróneo pues al tercer día se quedaron sin agua y tuvieron que retroceder para ir hacía el Oeste.

Esperaban encontrar algún manantial y así coger agua para sobrevivir pero no se oía ni un murmullo de agua. Hans, el guía que los acompañaba dio de un torrente bajo las rocas. Perforaron la piedra con las herramientas que llevaban y consiguieron agua pero a 100º de temperatura, la dejaron enfriar y de ese modo saciaron su sed y llenaron sus calabazas.

A la mañana siguiente siguieron su camino, descendiendo y acercándose cada vez más al centro de la tierra. Axel se despisto de su tío y de Hans y se perdió en un laberinto a 30 leguas de la corteza terrestre. Desesperado se echó a correr sin rumbo golpeándose contra las rocas. Gracias a una caída providencial llegó exánime y ensangrentado a los brazos de su tío. Cuando volvió en sí, vio que se encontraban junto a un mar, estaban en una caverna capaz de contener la cantidad de agua de un océano. Cerca de allí había un bosque de hongos y hallaron esqueletos de animales.

Construyeron una balsa y de ese modo embarcaron e iniciaron una travesía con el fin de alcanzar nuevas salidas en las orillas opuestas. El viaje por mar se hace más largo de lo que pensaban. Durante la travesía se encontraron con monstruos marinos enormes pero por suerte los animales estaban luchando entre ellos y no se percataron de la presencia de la balsa.

Axel y sus dos acompañantes continuaron su viaje con su monótona uniformidad. Pasaron al lado de un islote en el que había un geyser de agua hirviendo a una temperatura de 163º.

Siguieron su camino y les amenazo la tempestad, el viento soplaba a una velocidad incalculable, los relámpagos no cesaban, el calor aumentaba. De repente vieron un disco de fuego pasearse por el espacio a la velocidad de un huracán y les arrancó la vela con el mástil y los tres amigos fueron arrastrados con gran rapidez hasta que la almadía chocó con los arrecifes de la costa.

Axel y su tío se libraron de la muerte gracias al guía, Hans, que los arrancó del abismo tumbándolos en la arena de la playa.

Consiguieron rescatar la pólvora, la brújula, el manómetro y alimentos para cuatro meses.

Con la ayuda de la brújula comprobaron su situación y vieron que durante la tempestad habían retrocedido en lugar de avanzar.

Furioso, el profesor Lidenbrock. Y desafiando todos los peligros dijo que volverían a la balsa para seguir el viaje. Antes quiso inspeccionar el lugar donde habían llegado a la deriva.

Encontraron un esqueleto humano de la época cuaternaria y luego un cementerio de cuerpos fosilizados.

Siguieron explorando el terreno y se alejaron de las orillas del mar llegando a un bosque de vegetación de la época terciaria con palmeras, pinos, cipreses y helechos. Debajo de esos árboles vieron agitarse unos animales gigantes y un ser humano con una cabeza del tamaño de un búfalo guardando aquel innumerable rebaño. Les pareció imposible y pensaron que podía ser una visión pero huyeron a gran velocidad hacía el mar donde habían dejado la balsa. En su huida encontraron un puñal que había pertenecido a Arne Saknussemm, el alquimista que 300 años atrás había hecho ese mismo viaje al centro de la Tierra.

Según el tío de Axel, para llegar al centro del Globo, aún tenían que bajar 1,500 leguas. Para seguir el viaje debían de tomar una galería pero una roca enorme obstruía la entrada y no les permitía penetrar por ningún sitio. Optaron por romper la roca con la pólvora que tenían. Prepararon todo, encendieron la mecha y se refugiaron en la almadía que estaba en la playa.

Se oyó un estruendo, la explosión había provocado una especie de terremoto y el mar arrastraba la balsa en su caída. Los tres exploradores se consideraban perdidos. Se dieron cuenta que subían sin cesar, estaban en un pozo estrecho y el agua recobrando su nivel los subía hacía arriba a una velocidad violenta y les cortaba la respiración, el calor se hacía insoportable.

Las paredes se movían, los vapores se condensaban... eran los síntomas de una erupción. Estaban dentro de la chimenea de un volcán en actividad, estaban envueltos en una erupción. De repente, un movimiento giratorio se apoderó de la balsa, se balanceó sobre las olas de lava en medio de una lluvia de cenizas y salieron disparados por el abrasador orificio del cráter.

Cuando Axel abrió los ojos, comprobó que se hallaban al aire libre, en la superficie de la tierra.

Estaban en Stromboli, en pleno Mediterráneo. Habían entrado por un volcán y salido por otro, el Etna, situado a más de 1,200 leguas el uno del otro.

Axel y su tío regresaron a casa. La noticia de su viaje al centro de la Tierra se había propagado por todas partes pero nadie creyó semejante aventura. No obstante, la presencia de Hans y varios informes llegados de Islandia cambiaron la opinión pública.

El profesor Lindenbrock y Axel pasaron a ser hombres famosos y Hans, regresó a su tierra natal de Islandia.


El primer viaje al centro de la Tierra ocurrirá realmente en 2007

Un navío japonés excavará hasta profundidades insólitas la corteza terrestre


El barco "Chikyu", creado por los Japoneses, es el artefacto humano que más a fondo podrá conocer nuestro planeta, al menos hasta ahora. Se trata de navío preparado con tecnología similar a la de la indutria petrolífera que excavará por debajo de la superficie del mar hasta alcanzar los 11.000 metros. Desde allí, artefactos especialmente diseñados controlarán la tectónica de placas de la zona -con el fin de prever terremotos-, e intentarán encontrar formas de vida muy básicas, similares a las que había en la Tierra hace miles de años. Por Yaiza Martínez.



Chikyu
Chikyu
Chikyu
Chikyu
Chikyu significa “Planeta Tierra” en japonés y es el nombre de un navío de la Agencia Japonesa de Ciencias Marinas y Tecnología ( JAMSTEC. Dentro de un proyecto de su Centro de Exploración en las Profundidades de la Tierra o CDEX, JAMSTEC ha gestionado esta embarcación que explorará las profundidades terrestres del lecho marino, a más metros que ningún otro artefacto hasta la fecha, lo que supone una proeza tecnológica sin precedentes.

El Chikyu pesa 57.000 toneladas y penetrará nada menos que cuatro kilómetros en el agua y excavará 7.000 metros más en el fondo marino, hasta llegar al manto terrestre, situado debajo de la corteza terrestre. El manto terrestre representa el 80% del total de la masa de nuestro planeta.

Esto significa que Chikyu triplicará la profundidad explorada hasta ahora por el hombre, puesto que, hasta la fecha, sólo habíamos alcanzado los dos kilómetros por debajo del fondo oceánico.

La distancia desde la superficie al centro de la Tierra es de 6.400 kilómetros, así que todavía queda mucho para que podamos llegar a él. Sin embargo, el Chikyu, de 210 metros de longitud, está más preparado que cualquiera de sus predecesores para adentrarse en los secretos que oculta nuestro planeta bajo su superficie.

Características de Chikyu

Según informó recientemente Newsweek, Chikyu cuenta con tuberías de extracción de gran diámetro que lo conectarán con el pozo que se abra en el lecho oceánico. Las tuberías de extracción son similares a las utilizadas por la industria petrolera en yacimientos marinos.

La embarcación va protegida por un escudo de 380 toneladas métricas que servirá para evitar que erupciones inesperadas de gas, petróleo u otros fluidos puedan dañarla. En Chikyu caben 150 personas, que pueden entrar y salir del barco por vía aérea gracias a un helipuerto instalado en la nave. Además, Chikyu cuenta con un laboratorio entre sus instalaciones, en el que se estudiarán los sedimentos que se extraigan de las excavaciones.

La finalidad de esta embarcación es no sólo conocer el interior de la Tierra, de la que aún tenemos muy poca información, sino también mejorar la capacidad de predicción de seísmos. Japón se encuentra en medio de la conjunción de cuatro placas tectónicas: se llegará hasta ellas y allí podrán instalarse aparatos de monitorización de la actividad sísmica, con el fin de al menos anticipar la ocurrencia de los terremotos que afectan al país (Japón sufre el 20% de los seísmos más violentos del mundo). El Chikyu también puede obtener más información sobre hechos ya pasados, como el devastador maremoto que golpeó las costas de Sumatra en diciembre de 2004.

Posibles hallazgos

Asimismo, se espera hallar en el manto de la Tierra pistas sobre la evolución de nuestro planeta, sobre cómo ha sido su pasado a gran escala temporal, lo que permitirá predecir mejor el futuro. También podrán aparecer más datos acerca de cómo se desarrolló la vida biológica en la Tierra.

En la corteza terrestre pueden aparecer formas básicas de la vida, como microbios que se alimentan de hidrógeno y cuya estructura no haya evolucionado en miles de años, ya que estos microbios siguen en un entorno con las mismas condiciones que entonces. Según los especialistas, a esa profundidad es en el único sitio en el que se pueden encontrar formas de vida tan antiguas.

Las excavaciones comenzarán dentro de dos años, a finales de 2007, frente a las costas del sudoeste del archipiélago japonés, en el océano Pacífico. El sondeo inicial será de tres kilómetros y medio, en un fondo marino situado a 2.500 metros bajo la superficie marina. Los expertos esperan alcanzar el manto en el 2012, si todo sale según lo previsto.

Apoyado por el gobierno japonés, este proyecto se inscribe en un programa internacional de exploración oceánica dirigido por Japón y Estados Unidos, en el que participan China y 12 naciones europeas en el marco del Programa ECORD. Más de un siglo después del fabuloso viaje al centro de la Tierra, el sueño de Julio Verne se hará realidad.